miércoles, 25 de septiembre de 2013

Instante crítico

Castigada, lastimada, perdida. Fuera de eje.

Cómo puede ser que me sienta así. Pues lo siento.

La memoria  y el sentido de este momento permiten entender que una emoción se canaliza, se aprende, se incorpora, se sana.

Ya no importa si fui sapo en otra vida, si fui Hitler, si hoy soy Evangelina Salazar. Es más que mi nombre, es más que mi cuerpo, y es sólo él. Camino, respiro, me late el corazón. Y dan ganas de agradecer a mi pesar lo agridulce, lo difícil, el camino de liberarme. Que es en soledad, que es como lo quiera crear, que es como creo, pero todavía no, porque me falta confiar.

Pienso en los comienzos y en las pérdidas, en lo que no fue soltar por voluntad. El arrebato me tiene cansada, que si no suelto, me sueltan, que si no camino, me pisan. El movimiento me marea, y la quietud me cansa. Ya no sé ni qué escribo, pero necesito descargarme.

Son unos minutitos y después se me pasa.